Suicida del Copyright

imageEsta semana recién pasada Gregg Gillis ha publicado su quinto disco. La totalidad de sus canciones son tan originales como ilegales. Según Wikipedia, en nota editada solo horas después de su publicación online, Gillis –también conocido como Girl Talk– se sirvió de 372 piezas de canciones para construir All Day, sin contar con la autorización de sus titulares de derechos de autor. Sin ir más lejos, el sello que publica el disco se llama, casi como si fuera un arriesgado guiño a una industria que ha hecho de los tribunales de justicia la mesa a patear, Illegal Art. Todo comienza con uno de los riffs más famosos de la historia del rock y la quebradiza voz de Ozzy Osburne en War Pigs repentinamente comparte pista con las rimas de 2Pac y Jay-Z. Siguiendo el cálculo de los abogados de la industria discográfica –según algunos los únicos que se benefician en esta guerra del copyright– Gregg Gillis debería haber depositado en las cuentas de la industria musical más de 23 millones de dólares para hacer un disco que respetara los dictámenes de la regulación del derecho de autor. De ese derecho que al parecer tiene poco de protección a autores y mucho de defensa de la industria y sus abogados.

Leer la nota completa de Claudio Ruiz en Super45.

Los discos de Girl Talk se pueden descargar desde su sitio oficial, illegal-art, bajo la modalidad “pay-what-you-like” (circulan profusamente también por las redes P2P, según se detalla en los links alternativos de descarga.

Para ilustrar la técnica del mashup que utiliza Gillis, alcanza con escuchar un solo tema, desde Fine Young Cannibals hasta “Imagine” de John Lennon, en “Every Day”:

Descargar el archivo de audio.

El disco anterior de Girl Talk “Feed the Animals” parece que fue todo un suceso, y varios se dedicaron a deconstruir minuciosamente cada tema. En feedtheanimalssamples.com, por ejemplo, se pueden reproducir los temas y simultaneamente se despliega una lista con los temas que están siendo sampleados.

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Paraiso de samplers

El paraiso de los samplers, donde los mismos músicos dejan fragmentos de sus grabaciones para que otros los utilicen legalmente, existe y es argentino!: se llama Red Panal. (y aprovechamos la ocasión para difundir esta obra inédita de un, por ahora, desconocido maestro de la TASCAM de los ‘90 :P)