España: #HolaDictadura

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El orden público

España, al borde del colapso, con 23% de desempleo y manifestaciones masivas convocadas o autoconvocadas a cada rato, se prepara para el mayor ajuste de su historia. Pero si hay ajuste, habrá protesta. Y si hay protesta entonces Rajoy contesta: Código Penal.

#HolaDictadura circuló por la blogósfera española y las plataformas sociales durante todo el día. Fue consecuencia del proyecto del gobierno de Rajoy para reformar el Código Penal, que propone, entre otras cosas:

El terrorismo

Mientras, de este lado del atlántico, el avance de medidas que reprimen la protesta social usando el código penal no las aprobó un gobierno de derechas sino uno con discurso progresista: casi entre gallos y medianoche y sin debate, el kirchnerismo aprobó hace unos meses —en tiempo récord— la ley antiterrorista, que modificó el Código Penal para endurecer penas y eliminar excarcelaciones cuando la acción del acusado se encuadre dentro del vago concepto “aterrorizar a la población”. Un tipo penal tan amplio que su interpretación queda sometida al arbitrio —o arbitrariedad— de cada Juez. ¿Cuánto habrá que esperar para que comunidades que resisten la megaminería contaminante (la ecología no es un derecho constitucional), o campesinos que resisten el avance de la frontera del sojera (el desalojo de sus tierras), se vean sospechados de intenciones terroristas? No mucho más que ver a un bloguero español encarcelado por convocar a la toma de una plaza. O a un dirigente estudiantil chileno dialogando con el gobierno… pero detrás de una reja.

La excusa

Ya sea para complacer al GAFI o al FMI, los “más altos estándares internacionales” a los que hay que adecuarse no hay duda para donde van: la “National Defense Authorization Act” de Obama que profundiza el acta patriótica de Bush, o los proyectos Gran Hermano Digital de Cameron en Reino Unido y de ciber-vigilancia CISPA en USA que avanzan en un monitoreo sin precedente de las comunicaciones, o la cárcel para los internautas que visitan sitios indebidos, que propone Sarkozy. Así, dos turistas ingleses rebotaron en la frontera estadounidense por twitear la broma trivial, o dos mexicanos terminaron procesados por difundir el micro-mensaje equivocado, con el riesgo de pasarse 30 años a la sombra.

España, Argentina, Reino Unido, Chile o México, cambia el escenario pero la obra es siempre la misma. La excusa: el terrorismo o el caos; lo real: la demanda social originada en las bases y coordinada en la red; el método: vigilancia, represión y cárcel, en la calle o en la red.