Metamorfosis, volver a pensarlo todo

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[…] La idea de metamorfosis, más rica que la de revolución, contiene la radicalidad transformadora de ésta, pero vinculada a la conservación (de la vida o de la herencia de las culturas). ¿Cómo cambiar de vía para ir hacia la metamorfosis? Aunque parece posible corregir ciertos males, es imposible frenar la oleada técnico-científico-económico-civilizatoria que conduce al planeta al desastre. Y sin embargo, la historia humana ha cambiado de vía a menudo. Todo comienza siempre con una innovación, un nuevo mensaje rupturista, marginal, modesto, a menudo invisible para sus contemporáneos. Así comenzaron las grandes religiones: budismo, cristianismo, islam. El capitalismo se desarrolló parasitando a las sociedades feudales para alzar el vuelo y desintegrarlas.

La ciencia moderna se formó a partir de algunas mentes rupturistas dispersas, como Galileo, Bacon o Descartes; luego, creó sus redes y sus asociaciones; en el siglo XIX, se introdujo en las universidades y, en el XX, en las economías de los Estados, para convertirse en uno de los cuatro poderosos motores del bajel espacial llamado Tierra. El socialismo nació en algunas mentes autodidactas y marginalizadas del siglo XIX, para convertirse en una formidable fuerza histórica en el XX. Hoy, hay que volver a pensarlo todo. Hay que comenzar de nuevo.

De hecho, todo ha recomenzado, pero sin que nos hayamos dado cuenta. Estamos en los comienzos, modestos, invisibles, marginales, dispersos. Pues ya existe, en todos los continentes, una efervescencia creativa, una multitud de iniciativas locales en el sentido de la regeneración económica, social, política, cognitiva, educativa, étnica, o de la reforma de vida. Estas iniciativas no se conocen unas a otras; ninguna Administración las enumera, ningún partido se da por enterado. Pero son el vivero del futuro. Se trata de reconocerlas, de censarlas, de compararlas, de catalogarlas y de conjugarlas en una pluralidad de caminos reformadores. Son estas vías múltiples las que, al desarrollarse conjuntamente, se conjugarán para formar la vía nueva que podría conducirnos hacia la todavía invisible e inconcebible metamorfosis. Para elaborar las vías que confluirán en la Vía, tenemos que deshacernos de las alternativas reductoras a las que nos obliga el mundo de conocimiento y pensamiento hegemónico. Así es necesario, al mismo tiempo, mundializar y desmundializar, crecer y decrecer, desplegar y replegar.

La orientación mundialización-desmundialización significa que, si bien hay que multiplicar los procesos de comunicación y “planetarización” culturales, si bien necesitamos que se constituya una conciencia de “Tierra-patria”, también hay que promover, de manera desmundializadora, la alimentación de proximidad, los artesanos de proximidad, los comercios de proximidad, las huertas periurbanas, las comunidades locales y regionales.

La orientación crecimiento-decrecimiento significa que hay que potenciar los servicios, las energías verdes, los transportes públicos, la economía plural -y por tanto la economía social y solidaria-, las disposiciones para la humanización de las megalópolis, las agriculturas y ganaderías biológicas, y reducir los excesos consumistas, la comida industrializada, la producción de objetos desechables y no reparables, el tráfico de automóviles y de camiones en beneficio del ferrocarril.

La orientación despliegue-repliegue significa que el objetivo ya no es fundamentalmente el desarrollo de los bienes materiales, la eficacia, la rentabilidad y lo calculable, sino el retorno de cada uno a sus necesidades interiores, el gran regreso a la vida interior y a la primacía de la comprensión del prójimo, el amor y la amistad.

Ya no basta con denunciar, hace falta enunciar. No basta con recordar la urgencia, hay que comenzar a definir las vías que conducen a la Vía. ¿Hay razones para la esperanza? Podemos formular cinco: […]

Leer completo en El País, Edgar Morin: “Elogio de la metamorfosis“.


Algo de música para estimular el clima reflexivo, gentileza del pluriespecialista Nico.

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Tu pensamiento se hace palabra
la palabra después acción
la acción se vuelve costumbre
y en tu carácter dice quien sos

tu carácter es tu destino
y si me prestaste atención
no te hará falta hilar muy fino
para llegar a esta conclusión:

Hay que parar! parar pa’ pensar…

Y de yapa dos libros de regalo del maestro Morin: “Introducción al pensamiento complejo” y “Los siete saberes necesarios para la educacion del futuro