Tecnología (ideología) para tu autonomía
Los que hoy tienen entre 10 y 15 años nacieron con la idea de no pagar por las cosas. Ahí está lo más subversivo de esta generación. Tienen naturalizada la gratuidad con que acceden a contenidos, salvo por el costo del servicio de Internet. Si politizamos ese campo, si se dan cuenta que es una estrategia desobediencia civil contra las corporaciones, ahí hay algo interesante. Es importante que haya una conciencia, que no se descarguen canciones simplemente para no pagarlas, sino que detrás de eso haya toda una política, una ideología, otra cosmovisión. Identificar eso como acciones políticas concientes. Ahí hay un potencial muy grande en la próxima generación Sebastián Vázquez, organizador de Fábrica de Fallas.
Un fantasma recorre el mundo: el fantasma de la convergencia. Con este espíritu, Fábrica de Fallas se propuso, en sus inicios allá por el 2008, volar los techos del sentido común
. Es así como buscó enlazar diversas experiencias unidas por algún denominador común, que abarcara el espectro que va desde los movimientos campesinos hasta los programadores y activistas de software libre, pasando por estudiantes universitarios, músicos y editores independientes, colectivos feministas, apóstatas y movimientos ecologistas. La reunión de un arco ideológico de lo más diverso es el potencial político de estos encuentros: diferentes perspectivas que se reúnen para entablar un diálogo en común sobre sus proyectos políticos, sus acciones y sus sujetos.
¿Cuál es, según nuestra visión, el objetivo de Fábrica de Fallas? Reapropiarnos de las tecnologías para volverlas herramientas políticas de liberación, destruir su carácter de herramientas para la opresión y la dominación y volverlas herramientas para permitirnos la autonomía sobre nuestros cuerpos, nuestra relación comunitaria, nuestras formas de vida.
Charlas: una invitación a caminar juntos
En este contexto, la primera charla de Enrique Chaparro ya prometía con su título: Me cago en la cultura, especialmente en la libre
. Como buen amigo de esta casa virtual, podríamos resumirla del siguiente modo: hablar de cultura libre en un contexto donde los sujetos continúan siendo oprimidos es un oxímoron. El Chapa, con su habitual lucidez teórica y crítica, trata de separar la paja del trigo instándonos a llevarnos ideas de sus charlas, a sabiendas de que el camino abierto es novedoso pero que necesita siempre de una gran dosis de capacidad autocrítica. La praxis asociada a la teoría, más que una cuestión pragmática, es una obligación ética que ayude a impedir la reorganización de un paradigma social que muestra, a todas luces, su agotamiento.
Sobre eso trató la otra charla a la que asistimos: El glifosato mata
, a cargo de Carlos Vicente y Andrés Carrasco (estaba invitado también Ángel Strappazzon del MoCASE, pero por razones de fuerza mayor no pudo asistir). La crisis del modelo desarrollista, el riesgo planetario de la concentración capitalista, el nuevo modelo de dependencia alimentaria de las dos “revoluciones verdes”, la apropiación de las formas de vida y los avances hacia el neofascismo fueron algunos de los desafíos a los que nos invitaron a reflexionar tanto Carrasco como Vicente.
El segundo día de Fábrica de Fallas abrió con la presentación del libro “Argentina Copyleft” publicado por Fundación Vía Libre, a cargo de Lila Pagola y Beatriz Busaniche. Nuevas tecnologías, restricciones legales al intercambio de cultura y conocimientos y alternativas en la construcción de cultura fueron tres de los muchos temas que se hablaron. La tía MEC ofreció además un enfoque desde la perspectiva de los derechos humanos: acceder –y agregamos nosotros, apropiarnos de– a la cultura es un derecho humano consagrado en diversas constituciones y convenios, cuyo rango es mayor que la defensa de la “propiedad intelectual”.
Clorofila
El año pasado se había instalado una pizarra de corcho con unas bolsitas de papel y estrellitas para que cada uno escribiera su falla, la dejara y se llevara la de otro. Un sano intercambio de defectos socialmente inútiles, resignificados como potencialidades políticas. Este año, se cambió la pizarra por una instalación de plantitas que recibieron su riego y ducharon a más de uno. Un poco de agua fresca y formas de vida para alentar a seguir pensando.
Masa crítica
Las charlas de este año, al menos a las que pudimos asistir, tuvieron una ligera diferencia con respecto a la anterior. Si la segunda Fábrica de Fallas había sido más bien una invitación a pensarnos colectivamente, a tratar de reconstruir la lógica de unión y diálogo en el reconocimiento de la diferencia, este año primó el pensamiento alrededor de las estrategias de acción política. Así, en la presentación del libro Argentina Copyleft terminamos hablando y preguntándonos por las prácticas políticas y las estrategias a seguir para conseguir la reforma de una nueva ley de derechos de autor que no nos criminalice. Se mencionó la estrategia de Wikimedia Argentina de interpretar en sentido restrictivo la ley para demostrar el problema existente o la estrategia de construir casos conscientes de violación de la ley como forma de incidir políticamente en determinados espacios. ¿Violar la ley sistemáticamente no es una forma de mantener el statu quo?, fue la pregunta de un amigo santafesino que todos nos abocamos a pensar y repensar en un contexto de acciones políticas diversas pero convergentes. ¿Nuestros argumentos no sirven también para el otro lado?, preguntó un amigo cordobés. Un replanteo por la acción y la estrategia política.
En la segunda charla El glifosato mata
, con la crítica al modelo neodesarrollista vino la pregunta por la teoría, el proyecto y el sujeto político: ¿siguen sirviéndonos los autores de antaño, como el querido Carlitos, para pensar estrategias de acción? ¿Cuál es nuestro proyecto político alternativo? ¿Hay construcción de un sujeto político para que lleve esto adelante? ¿Cuál es la relación entre las estrategias de construcción de los movimientos campesinos y los movimientos urbanos de defensa de los bienes comunes? ¿Cómo enfrentarnos al neofascismo, como el de Lino Barañao, que recientemente declaró que próximamente no habrá más conflictos, si subordinamos la religión y la cultura al desarrollo de la ciencia y de la técnica
?
Carlos Vicente propuso: política, política y más política. Y Andrés Carrasco agregó: Hoy MAPO exporta por millones de doláres al exterior. Es evidente que no alcanza con producir y consumir productos orgánicos si no hay una crítica al sistema
.
Con nuestros amigos Marcos y Paul, que vinieron de Villa María exclusivamente para asistir al evento, coincidimos en que necesitamos espacios que nos permitan ya no sólo informarnos y pensar alrededor de estas cuestiones, sino actuar, delinear estrategias de acción, repensarnos como sujetos políticos a la luz de los nuevos desafíos que se nos presentan hoy, ahora.
El camino está abierto. Es hora de recorrerlo.
Imágenes: Fragmento “copypopulismo” de Javier García Alfaro, del libro Argentina Copyleft // Glifosato, Agrotóxicos de Iconoclasistas.
Notas en los medios: “Serás libre o no serás” en Miradas al Sur - “Batalla por el conocimiento” en Página/12
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