Cuevana y los early adopters

image Cristián Álvarez Rojas es chileno, tiene 26 años, es egresado de la carrera de Arte de la Universidad de Chile y cursa un Magíster en la Universidad Católica.

Se señala que Cristián es el “administrador” chileno de Cuevana. Lo cierto es que él es tan “administrador” de Cuevana, como yo o Usted lo somos de YouTube o Blogger, sólo por tener una cuenta para subir videos o publicar posts… pero vaya a explicarle esto a un juez, abogado o periodista que tiene que escribir un titular. (o a fiscales que hacen investigaciones como estas… El crimen de Cristián es haber sido early adopter de Cuevana: como tal, escribió algunas críticas de películas en el sitio durante sus comienzos, —principalmente de cine chileno o del circuito alternativo— y también agregó enlaces a varios films y cortos, como “Las Trillizas de Belleville” que difícilmente podría encontrarse en cartelera, en los videoclubes, y mucho menos como parte de la oferta del canal HBO, uno de los principales responsables del acoso legal sobre Cuevana, en varios países de Latinoamérica.

Trailer “Las Trillizas de Belleville”, el tipo de Films que Cristián indexaba en Cuevana

Biblioteca internet

Como todo artista y aficionado al arte, Cristián es un fanático de la biblioteca internet. Las bibliotecas son una fuente infinita de acceso a las obras: si sólo hubiese librerías, los escritores o estudiantes no podrían tener acceso a sus fundamentales lecturas, que luego se transformarán en su propia obra. Se verían obligados a limitar su material de aprendizaje a los límites de su bolsillo, lo cual tendría un efecto devastador en la cultura.

Cristián no cuenta con recursos abundantes, y tiene que pagar enormes deudas para poder estudiar (así es como funciona actualmente el sistema educativo chileno, la educación es sólo para los que pueden pagar, o para los que están dispuestos a endeudarse de por vida). Pero así como para leer libros Cristián puede ir a una biblioteca sin pasar por la caja de la librería, para poder ver cine —en particular de autores exóticos y circutos alternativos— tiene a su alcance la cinemateca de internet.

También puede compartir esa pasión por el arte con los demás, en especial si son títulos que ni están en los videoclubes —cuando uno logra encontrar alguna de esas rarezas, es natural que el primer impulso sea ir a compartir el hallazgo con el resto del mundo. Existen sitios como Cuevana, que hacen las veces de catálogo: allí pueden ordenarse y compartirse los enlaces que apuntan hacia las obras que están en los estantes de la red-biblioteca global. Cristián, como denodado bibliotecario, contribuyó a indexar obras en el catálogo. Lógicamente muchos bibliotecarios (de afuera y de adentro de la red) cobran por hacer ese trabajo. Cristián lo hacía ad-honorem.

[…] tanto a nivel internet como del propio cine, en las salas de cine que hay en el país, o en América en general, hay muy poca variedad, hay muy pocas alternativas para elegir. Se nos da la impresión que sólo hay un tipo de cine —mucha gente cree que sólo es en inglés y en Estados Unidos— entonces, hay que tratar de mostrar lo otro […] y en ese otro hay una variedad inmensa. […] Yo trataba de poner un poquito de todo, cine independiente, cine latinoamericano, europeo, cine que no haya tenido difusión en los cines locales decía Cristián en una entrevista realizada por Fayerwayer.

A Cristián Rojas se le incautaron 198 copias caseras de DVDs, exactamente, querido lector, como las que debe tener usted, su hijo, o su amigo aficionado al cine que lo invita cada tanto a ver una. O como el 99% de la población que tiene acceso a internet y una grabadora de DVD. Si usted es de otra generación y no entiende mucho de que se trata el asunto de los DVDs caseros —o “falsificados” según los medios—, piense en esto: equivalen todos esos casetes grabados de la radio, de long plays, o VHS de películas y programas grabados del cable, que debe tener apilados por allí. Sin dudas, un grave delito…

Por ejemplo, hace algún tiempo todo el elenco de “El secreto de sus ojos” hizo lo mismo que Cristián para poder ver al resto de films candidatos, antes de la entrega de los Oscar. Muchos periodistas que luego estigmatizan sitios como Cuevana en los medios, seguramente también hicieron lo mismo, descargaron las películas de alguna red P2P, o sitios de enlaces, y las compartieron con otros colegas. Darín pudo bromear con el “cabletruch” y acceder a las películas que de otra forma no hubiera podido ver. A Cristián le colocaron las esposas y se lo llevaron detenido.


Por esta clase de atentados criminales de la industria es que decimos: No les compres