Según las autoridades el desalojo se efectuó para evitar incidentes con la posible celebración de la copa Champions, finalmente el Barça ganó, pero nada de eso ocurrió.
«¿Cuántos de ustedes han subido o bajado material de Taringa!?» Unas 150 personas levantaron la mano; eran todas las presentes en el aula de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, donde comenzaba un debate sobre derechos de autor, penalización de prácticas informáticas, cultura libre y circulación de bienes culturales en Internet. «Todos los días infringimos la ley porque no está acorde con nuestro tiempo tecnológico», evaluó la docente y especialista en Comunicación y Nuevas Tecnologías Beatriz Busaniche, titular de la cátedra organizadora del encuentro que contaba con la presencia estelarísima de Matías Botbol, dueño, junto con su hermano Hernán, del sitio web cuyo funcionamiento les valió ser procesados por la Justicia penal como «partícipes necesarios» del delito de violación de la propiedad intelectual. El caso, que fue reactivado por decisión de la Cámara Nacional de Apelaciones, llevó también ante el auditorio al matemático Enrique Chaparro y a Glenn Postolski, director de la Carrera de Ciencias de la Comunicación, que avanzaría un poco más sobre el terreno al definir que «aquí se trata de uno de los desafíos clásicos y del futuro: cuáles derechos deben prevalecer». En todo caso, advirtió, «el avance tecnológico no se detiene por la vía judicial».
Se trataba de abordar el intento de criminalización de una práctica omnipresente, en ocasiones hasta desterritorializada (las webs que alojan un material pueden hallarse en países donde compartirlo esté permitido) y que apenas requiere alguien con ganas de compartir, alguien con curiosidad, alguien que disponga de un espacio donde contar que eso existe, y algún sitio donde alojarlo. Ese ingreso al ámbito académico de una actualidad judicial en progreso convirtió lo que era una clase de seminario en un foro de discusión con estudiantes y ajenos a la institución. Interés había: en el espacio que había previsto la Facultad para el debate no entraba un alfiler, y había quienes se amontonaban en la puerta para no perder detalle.
Hoy, desde las 21hs, todos a la Charla-Debate sobre el caso Taringa! en el Aula 6 de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Sede Santiago del Estero 1029, Ciudad de Buenos Aires.
El seminario “Copyright/Copyleft. Debates sobre la cultura libre y el acceso al conocimiento en la era digital” (Catedra Busaniche) y la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires invitan a debatir sobre el caso Taringa, una excusa para poner sobre la mesa las discusiones sobre la libertad de expresión y la circulación de bienes culturales en Internet, en tensión con las regulaciones cada vez más restrictivas de la propiedad intelectual. El caso Taringa, actualmente en marcha en el fuero penal, obliga a revisar la legislación de propiedad intelectual argentina, considerada una de las más restrictivas del mundo. La charla abierta a todo público se realizará el jueves 26 de mayo, desde las 21hs, en el Aula 6 de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Sede Santiago del Estero 1029, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Estarán presentes, Enrique Chaparro, matemático, miembro de la Fundación Vía Libre y Glenn Postolski Profesor Titular de Políticas y panificación de la comunicación, Investigador en el área de políticas y economía de la información y actual director de la Carrera de Ciencias de la Comunicación. También nos acompañarán los dueños de Taringa, Matías y Hernán Botbol. Seguir leyendo en el sitio culturalibre.org
Porque si pierden, los administradores de sitios, foros o blogs, quedaremos más expuestos que nunca a ser responsabilizados por lo que publiquen nuestros usuarios, aún en el caso de que se trate de enlaces a sitios de terceros, y de que dispongamos de sistemas de denuncia de contenido.
Porque si pierden, los sitios que funcionan como intermediarios para la publicación de contenidos de usuarios, serán forzados a ocupar el lugar de jueces y policías privados, aplicando “preventivamente” y por temor, sanciones a supuestas violaciones de copyright sin intervención judicial.
Porque si pierden se crearía judicialmente un nuevo delito que no está contemplado en la Ley Noble 11.723 de la Propiedad Intelectual: enlazar (referenciar) un contenido que está en otro sitio, que no es nuestro, y que es responsabilidad de un tercero.
Muchos de los debates que ha desatado el fallo sobre Taringa, se enfocan en la cuestión del intercambio de archivos. Sin embargo conviene que el árbol de la llamada “piratería” no tape el bosque de la libertad de expresión.
En caso de culminar el proceso con un fallo adverso, sin dudas, escaso o nulo será su efecto disciplinador sobre las arraigadas prácticas de los usuarios de compartir archivos (simplemente, buscarán otra plataforma menos expuesta), pero serán los sitios basados en contenidos producidos colectivamente (foros, redes sociales, comentarios de blogs) y en consecuencia, sus usuarios (que por cierto, también son autores en tanto que escriben y publican), los principales afectados.
Censura preventiva
Un fallo condenatorio inducirá a los administradores a extremar aún más medidas preventivas por temor a sanciones, y convertirlos de facto en gendarmes privados de lo público: los foros son un medio de deliberación donde los individuos expresan públicamente sus opiniones e ideas, y por lo tanto existe otro bien jurídico a tutelar, la libertad de expresión.
Un muy reciente informe de la ONU que trata sobre la promoción y la protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión en internet, que Bea citó en estos días, dedica un apartado a “la imposición de responsabilidad de los intermediarios”, donde menciona el papel crítico que juegan las empresas que gestionan contenido producido por sus usuarios: un marco legal restrictivo impulsa a las empresas (para no exponerse a riesgos legales), a implementar sistemas propios de moderación preventiva, ejecutada sin transparencia y sin el debido proceso legal, en forma abusiva y arbitraria, generando un clima de censura. La interpretación forzada de las leyes que realiza la Sala IV de la Cámara del Crimen va exactamente en esa dirección.
¿Admins o gendarmes?
Un servicio de internet que involucre la publicación de contenidos producidos por sus usuarios, puede realizar un control a priori o a posteriori del contenido. Obviamente, si Taringa realizara una revisión a priori de lo publicado, su función como foro perdería completamente su sentido. Se afectaría el derecho a la libertad de expresión y la presunción de inocencia (y de buena fe) de sus propios usuarios.
15 de mayo de 2011, la blogófera ibérica arde. Desde estos confines del otro hemisferio muchos nos hemos pasado más de un buen rato durante la semana pasada tratándole de encontrar la etiqueta correcta al 15M recorriendo blogs, foros y medios españoles.
No faltan paralelos con nuestro “19D” o “20D” vernáculo: larga recesión luego de un período neoliberal de privatizaciones y preeminencia del sector especulativo, alto desempleo, clase media precarizada, clase política desprestigiada, derrumbe del sistema financiero… supongo que si le agregamos un par de litros de lavandina podría parecerse en algo, porque faltan los abundantes saqueos a supermercados previos, los más de 30 muertos en la represión policial, la salida un presidente volando en helicóptero, y los otros cuatro que entraron y salieron de la rosada en poco menos de 15 días, la “gente comun” arrojando piedras sin mayores remordimientos cívicos sobre las vidrieras de los bancos (que estuvieron vallados luego durante meses o años), los crudos escraches diarios a politicos, la ausencia de franjas etarias dominantes… un alto costo para propiciar (¿solamente?) un cambio de vientos políticos, que en definitiva, fue todo lo que ocurrió.
De igual manera, es tentador buscar conexiones con las revueltas en Egipto o Túnez, pero cuesta unir situaciones tan diferentes, las manifestaciones españolas emergen en las vísperas de una elección, las otras, reclaman la posibilidad de una elección. Grecia y Francia dan cuenta de movimientos más virulentos, poco preocupados por la corrección política, con autos incenciados y cócteles molotov, donde la calle es el escenario de lucha más que de deliberación.
Civilidad
Para seguir con las comparaciones, han habido en los últimos años otras movilizaciones masivas pacíficas de resistencia a programas de ajustes (consecuencia de la crisis subprime desatada en 2008), en pueblos poco habituados a esa gimnasia participativa, como las cacerolas Islandesas y su negativa a pagar los costos de la bancarrota de su sistema bancario privado con recursos públicos, o las inusuales manifestaciones multitudinarias en Wisconsin en contra de la precarización del empleo estatal y medidas anti-sindicales. Ambas parecen perseguir un programa político más definido que el consenso de “Democracia Real Ya”, que limita sus consignas a la “revolución ética” y a la reforma del sistema electoral.
Razones para presentarse o no presentarse a la reelección.
Parece mentira –¿parece mentira?– pero hace semanas que la discusión política argentina consiste en escrutar y suputar las decisiones más íntimas de una señora. Todos tienen, últimamente, opiniones sobre el asunto y yo, tan pobre como todos, también tengo:
Yo creo que la doctora Cristina Elisabet Fernández viuda de Kirchner se va a presentar a las próximas elecciones presidenciales porque, como dice un viejo amigo, “¿alguna vez viste a un peronista que abandone el poder?”. Y más si esa peronista cofundó un partido tan franco como para bautizarse Frente para la Victoria –donde la idea de victoria es autosuficiente, no precisa más datos. Y más si esa peronista lleva veintitantos años viviendo en una nube de poder y sabe que no sabría cómo hacer –que ya no recuerda cómo se hace– para vivir abajo.
Y creo que la doctora Fernández no se va a presentar a las próximas elecciones presidenciales porque es una mujer inteligente y sabe que tiene una cantidad de cosas atadas con alambre y el alambre no dura tanto tiempo. Sabe que el modelo de crecimiento que empezó en 2002 ya no funciona y que la inflación no para y que entonces el proceso de empobrecimiento y los reclamos –de ocupados y desocupados– no van a parar, y que es cuestión de tiempo hasta que todo estalle, como bien le dijo el otro día el comandante guerrillero Omar Viviani. Sabe que sus relaciones con distintos sectores –sindicales, sociales– con los que ahora la une la prosperidad se irían lentamente al carajo. Sabe que la puja redistributiva de la que tanto habla es puja y es redistributiva, pelea de los más pobres por quedarse con un poquito más de la riqueza nacional, no sólo por salvar sus sueldos de la inflación. Y también sabe que su gran truco para aminorar los efectos de esa inflación sobre las clases medias y altas y mantenerlas refunfuñonas pero consumidoras –ergo contentas– consiste en esos subsidios tremebundos que entrega a los monopolios del transporte y la energía; son 48.000 millones al año, de los cuales por lo menos 16.000 –dos veces la Asignación Universal– están dedicados a mejorar las condiciones de vida de los menos necesitados, de los que podrían pagar esos servicios a su precio. Y sabe que esos subsidios no se pueden mantener así pero que el día en que los corten el que los corte se va a querer cortar algo más: lo que tenga según sexo y color, lo que le quede.
Actualización 22/05: Audio de “Activate” (el programa de Articultores que sale por FM La Boca del viernes 20 de mayo, donde Judith cuenta toda la historia de Once Libre y el atropello final.
Actualización 20/05: twitter de articultores: nos atacaron tambien las web oncelibre.com.ar y articultores.net favor de RT @rialjorge @C5N @fieritacatalano @jorgecoscia @CFKArgentina y twitter de oncelibre: estamos dejando el lugar completamente hostigados, y el sabado levantamos la huerta, no entiendo tanta innecesaria saña con nosotros.
Once Libre es uno de esos frágiles oasis que de vez en cuando florecen y sobreviven en medio de la devastación cotidiana. Tan habituados estamos a convivir con la maquinaria que lo todo mide en valor y mercancía, y convierte con ejemplar eficacia cada flor del deseo humano, en producto de mercado tan provechoso como estéril, que los espacios liberados desconciertan, o provocan extrañeza. Algo tan simple como construir mundos habitables para la existencia genuina (algunos le llaman arte): bombas semilla, cultura libre, guerrilla huerta, antenas libres, y piratería.
En estos momentos (miércoles a la madrugada), los compañeros de Articutores / Once Libre están sin luz, encerrados y a la espera de un desalojo inminente (pero no judicial). Hay que destacar que el espacio de Once Libre no se ocupó clandestinamente, le fue cedido, con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Nación, y además cuenta con el auspicio del Centro Cultural de España en Buenos Aires (CCEBA), Pro Huerta (que declaro de interés la continuidad de Once Libre y la Central de Movimientos Populares.
Aparentemente, desacuerdos entre los grupos que están encargados del lugar, motivaron esta situación crítica. Es de esperar que tanto trabajo valioso realizado no se malogre y no se pierda un espacio de cultura popular, en una ciudad donde no sobran (y los vientos políticos capitalinos no avisoran ningún cambio). Cualquiera que simpatice con la idea del arte como una práctica social cuyo fin no es constituirse en adorno de lujo del poder o clases privilegiadas, ni un producto vacío para consumo, sino una actividad compartida, popular, y que por si fuera poco reforesta la ciudad de alimentos, pueda dejar de tener a Once Libre como un lugar valorable.
Confiamos de que exista voluntad para llegar a un entendimiento, y no se termine cortando la cadena por el eslabón mas débil: los espacios culturales abiertos a la comunidad, autogestivos, que lógicamente no tienen grupos de choque para resistir.
Existen muy pocos lugares físicos que sirvan para la difusión de la cultura libre, o que hayan tomado los principios del software libre para articularlo con otras formas de expresión cultural, lo cual hace a Once Libre doblemente valioso para quienes creemos en modos alternativos de producción y distribución de bienes culturales. Creo que los compañeros de Once Libre, al menos necesitan saber que tienen nuestro apoyo.
Si bien muchos usuarios y melómanos consumidores de música, a esta altura ya desconfían bastante de lo que repiten las campañas “anti-pirateria”, todavía persisten varias falsedades e inexactitudes que se han convertido en cliché, y se repiten con total impunidad cada vez que se habla de file sharing: que el derecho de autor beneficia a los artistas en general (cuando sólo beneficia, con suerte, a uno de cada cien), que las redes P2P perjudican a los músicos, cuando en realidad les ayuda a ganar dinero, y que el intercambio en internet perjudica el negocio, cuando en realidad la producción de obras aumentó como nunca desde la masificación de red (y en plena crisis económica mundial).
Para obtener información equilibrada y rigurosa del tema, y no sólo propaganda, qué mejor que leer lo que dicen los mismos músicos y algunos expertos que estudiaron el tema con detenimiento, en varias universidades.
Por favor, pirateen mis canciones
Ignacio Escolar es periodista, blogger y músico español. Su nombre se hizo especialmente conocido en el ambiente copyfight allá por 2001, luego de publicado su post —a esta altura todo un clásico— “Por favor, pirateen mis canciones”. En el artículo, con claridad memorable, relata el punto de vista de un músico real sobre “el problema” del intercambio de archivos: Mi grupo ha vendido, por los pelos, más de 10.000 copias de su primer LP y Cada año salen 32.000 discos nuevos al mercado en todo el mundo y sólo 250 convencen a más de 10.000 compradores. Apenas el 0,7% de los músicos que han presentado disco el año pasado (la gran mayoría no llega siquiera a grabar) es más afortunado que yo, se pensarán que nado en dinero. O que, por lo menos, vivo dignamente de mis habilidades musicales. ¿Cuánto cobra el 0,7% con más suerte de su profesión?. Escolar confiesa, el ingreso de un músico que ha vendido 10.000 discos —y está entre el 0.7% más privilegiado de los que han grabado disco— asciende a… ¡77 dólares por mes!, cifra que surge de dividir el total de 2.800 dólares ganados por los tres años de esfuerzos en poner su LP en las tiendas. Sin embargo, otra es la historia cuando se sacan las cuentas con las presentaciones en vivo: en ese negocio, el músico tiene una oportunidad de ganar mucho más dinero que con los discos. En un rango de 100 a 300 dólares por presentación, según precisa Escolar, está claro que con un sólo concierto al mes, el músico puede ganar más del doble de lo que recibe por los discos Como todos los músicos que hayan hecho las cuentas, sé que son más rentables 100.000 fans piratas que llenen mis conciertos a 10.000 originales.
Este lamentable panorama económico que la industria discográfica reserva para los músicos, no es la excepción, es la norma en todo el mundo. Según el informe de 2009 de Nielsen Report citado por Billboard sólo el 2% de los albumes editados en Estados Unidos vendieron más de 5000 unidades. Una investigación difundida en techdirt.com indica que de cada $1000 dólares ganados, el músico se queda con… $23!.
Debe agregarse además, que frecuentemente el músico deberá destinar su porcentaje a cubrir ciertos costos de los cuales la discográfica se desentiende. Y esto corre también para las bandas que venden muchos discos y tienen más fuerza para negociar: como describió Courtney Love en su famoso discurso dado hace ya más de 10 años, en la “Digital Hollywood Online Entertainment Conference”: de los dos millones de dólares ganados por las regalías de la venta un millón discos, la banda deberá gastarlos en pagar la grabación del disco, las deudas por promoción, y un sinnumero de gastos, de tal forma que su ganacia neta termina siendo… ¡cero!, aunque la industria, lógicamente, se lleva varios millones…
Courtney arrancaba su conferencia así: Hoy voy a hablar sobre piratería y música. ¿Que es la piratería? Piratería es el acto de robar el trabajo de artista sin ninguna intención de pagar por él. No estoy hablando acerca de un software al estilo Napster. Estoy hablando sobre los contratos de grabación de los principales sellos discográficos. Es por esto que estrellas como Lyle Lovett, que vendió 4.6 millones de copias, o la banda “30 Seconds to Mars” que ganó un disco de platino… nunca vieron un centavo por la venta de sus discos. ¿Qué queda para los que no son famosos? Evidentemente la razón por la cual los músicos acceden a condiciones tan poco convenientes, es la posibilidad de cubrir los costos de grabación de un disco, y obtener difusión. El dinero, como todos saben, proviene de los conciertos, no es una novedad del P2P.
Considere el caso donde la justicia evalúa como delito penal un acto en principio edificante como es dar acceso público a un bien cultural subiéndolo a internet —de igual forma que donar un libro a una biblioteca para que todo el mundo lo lea es un acto edificante. Sin embargo, en vez de concentrarse en este hecho en sí, decide fijarse en un tercero cuyo grave crimen no fue subir ese bien cultural a la red sino enlazarlo (o sea, referenciarlo, como quien da una dirección o un teléfono). Pero, no resultando esta relación lo suficientemente elíptica, decide acusar al dueño del sitio donde ese tercero publicó el enlace por el incierto crimen de no vigilar lo suficiente al usuario, aun cuando esta vigilancia, además de imposible, no le corresponde. Llegada esa instancia ¿ya no sería momento de meter preso al juez?.
Aún si consideramos que compartir obras en internet es un crimen (eso es lo que nos dice actualmente la nefasta ley Noble 11.723 que, al criminalizar la copia o difusión sin excepción, convierte en delito prácticas sociales establecidas desde siempre, como prestar un libro o disco, cuando se hacen por la red) Taringa no es culpable de compartir porque Taringa no aloja material sujeto a derechos intelectuales de terceros en sus servidores. La Justicia sólo ha encontrado enlaces a otros sitios, generalmente servicios de descarga directa (perfectamente legales, con dirección, responsables y personería jurídica, como Rapidshare, Megaupload, Mediafire etc.) quienes sí alojan los archivos y permiten su descarga. Conviene recalcar que un enlace es sólo una cadena alfanumérica con la dirección de una pagina web (la innovación fundamental que dio origen a la World Wide Web) que es el equivalente a un número telefónico o un domicilio en el mundo físico. Hay fallos en otros países que explican por qué enlazarno puedeser ilegal.